jueves, 23 de junio de 2005

Reflexiones en el tanatorio

 Que fácil, es llorarnos, ya de muertos...
¡Que fácil es entonces ser laureado,
En el medio de tantos desconciertos,
el humano más bueno es el finado.

No hay nada como ver los velatorios
y escuchar los elogios indecentes
de falsos y embusteros penitentes
cargados de adjetivos expiatorios.

Creo, (sin intención irreverente)
que una vez allí, en el tanatorio
seremos más queridos por la gente.

Los halagos del póstumo auditorio
se irán quemando todos lentamente,
en la simple verdad del crematorio.