sábado, 12 de abril de 2008

Mirando las cenizas de mis versos

A veces
no tienen mis versos
árboles ni flores,
besos ni abrazos,
y me convierto en adicto
a la hora final.
Y es que al dar un abrazo
dejo mis manos
y al dar un beso
dejo mis labios.
Quedo sin paz.

A veces
puedo ver las cenizas
de mis versos y de mis labios,
de los árboles
y de las flores,
y el día de la verdad
Conjugo los verbos de todos los tiempos;
y miro a mi vida
verbo tras verbo
tiempo tras tiempo

como una agonía
de inyección letal.