Como una droga blanda, su mirada
se filtra descarada, en mi destino.
El brillo de sus ojos, tal vez vino
a alumbrar el vacío de mi nada.
El brillo de sus ojos ilumina
mi sangre, mi conciencia y mi presente;
invade poco a poco, lentamente
a mi alma lastimada y peregrina.
Esas pequeñas chispas de neón,
son reflejos de un sueño intemporal
que un día se escapó de la ficción.
Por dar brillo a sus ojos de cristal,
mil estrellas bajaron desde Orión
a encender sus pupilas de coral.
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