viernes, 26 de noviembre de 2010

La sonrisa de Ana

A medida que sus labios se iluminan
nace una galaxia.
El universo se expande.
Sus ojos se comprimen
se incriminan
en una empatía criminal
intrigante,
disparando al firmamento,
balas perdidas
de fuegos de artificio
(con agravantes).
La sonrisa de Ana es intemporal.
En su mágica eclosión
se borda en días todo el presente
(ese maleante);
el futuro se declara
por fin culpable
vuela rasante,
y el pasado
deja en sus labios
algunas grietas
de tiempos ciegos
y domingos huecos
(aunque arrogantes).

La sonrisa de Ana
no tiene luces
pero cuando sus labios se encienden
y sus ojos prenden
ya nada vuelve a ser,

tal como antes.