Querido amigo,
¡pídete un trago!
en ese infierno de bar.
Tómate decenas de copas
de buen escocés.
Que ya el cáncer
no te podrá matar,
otra vez.
Querido amigo,
¡pídete algo!
Y a Satanás, diñe que te aloje
con las mujeres más guapas
y más putas.
Las buenas y feas
están aquí,
siempre fieles,
y vetustas.
Querido amigo,
¡José María!
Espérame en el infierno,
alcoholizado...
Hasta el día
que los demonios me lleven
a arder contigo.
Espérame alcoholizado
y siempre bien
tu sabes...
acompañado.
Una manera de dejar una especie de testimonio vital permanente, un baúl de momentos creativos (o intentos vanos de llegar a ellos). Rincón para que descansen reflexiones, poesía, relatos, fotos, pinturas y otros partos cotidianos del pensamiento y de las manos, aplicadas a intentar hacer algo estéticamente digno.
viernes, 22 de febrero de 2008
sábado, 16 de febrero de 2008
No más jazmines robados
Yo no sabía que el pasado
se escurría entre los dedos del tiempo.
Yo no sabía que cualquier día feliz
se parece al último día
que lo pudo ser.
Yo no sabía que los recuerdos
se hunden cada vez más en el fondo
del océano del tiempo
que ahoga mi fe.
Por eso, así me quedo.
No quiero más recuerdos a granel,
pues el tiempo no distingue
la luz de las velas.
Y ni siquiera cambió el color de las noches,
y no quiero sonrisas de papel.
y no quiero que me regalen jazmines robados.
Por eso, así me quedo.
Necesito perder todo lo ganado...
y empezar otra vez
sin más reproches
trasnochados.
se escurría entre los dedos del tiempo.
Yo no sabía que cualquier día feliz
se parece al último día
que lo pudo ser.
Yo no sabía que los recuerdos
se hunden cada vez más en el fondo
del océano del tiempo
que ahoga mi fe.
Por eso, así me quedo.
No quiero más recuerdos a granel,
pues el tiempo no distingue
la luz de las velas.
Y ni siquiera cambió el color de las noches,
y no quiero sonrisas de papel.
y no quiero que me regalen jazmines robados.
Por eso, así me quedo.
Necesito perder todo lo ganado...
y empezar otra vez
sin más reproches
trasnochados.
sábado, 2 de febrero de 2008
Noches prestadas
Fueron noches fugaces pero llenas
haciendo arder aquel apartamento,
terremotos en cada acercamiento
de locura corriendo por las venas.
Llevé su carne dentro de mi instinto
ella, solo deseo en sus hormonas...
momentos de pasión, no de neuronas
momentos de vivir algo distinto.
Y dejamos de vernos de repente
intentando olvidarnos lo vivido...
y borré su figura complaciente.
Los dos nos sometimos al olvido
y nos fuimos quitando de la mente.
Y es que casi se entera su marido...
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