viernes, 2 de abril de 2010

Señor Dios

Padre Nuestro,
Necesito ser ignaro. Hazme creer.
Señor, dame el don de no pensar,
inyéctame adrenalina del miedo a ti,
evangeliza a mi reflexión.
Hazme fumar el opio muladí.
No me permitas entender,
por la razón.
Solo dame fe.
Da igual si eres arameo
judío o nazarí.

Embriágame de hipocresía,
o de una secta,
de ora pro nobis
de misa diaria,
de totus  tuus
de agorería
de limosna al pobre,
de sotanas erectas.
De Jerusalem
o de La Meca.

Necesito rezar, en ocasiones.
Y cuando te lleves
a miles de niños,
negras y breves vidas
de ojos saltones,
todos los días, todas las noches
seré feliz, y tendré luz...
pues ya habré cumplido
el santo designio:
las oraciones.

Dios mío...
Yo quiero ser
como Bush.

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